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La historia de Lloret se remonta a los siglos III y II a.C, conservando dos pueblos ibéricos que nos muestran todo su pasado, el de Puig de Castellet y el de Montbarbat.

El nombre de Lloret lo encontramos en la raíz latina de Lauretum indicando Lauro o bosque de laureles. De hecho, entrando en Lloret de Mar, hay un curioso grupo de esculturas en relación con el legendario Apolo desprovisto de ropa, mirando desconcertado a Lauro, un árbol naciendo de la tierra donde Daphne (ninfa del bosque), acababa de desaparecer.

Durante un tiempo la historia del pueblo de Lloret de Mar estuvo marcada por la navegación interoceánica y la industria del corcho. Con la crisis de la navegación y el declive del corcho, los lloretenses de finales del siglo XIX y principios del XX se dedicaron a la tierra y el mar. La pesca, de hecho, fue el principal medio de subsistencia de muchos lloretenses durante generaciones enteras.

Lloret de Mar empezó a recibir los primeros visitantes extranjeros alrededor del 1950. De todas maneras, Lloret no había llegado a esta situación de golpe. Desde los años anteriores, años veinte, e incluso antes, había acogido, en los veranos, a selectas familias de la sociedad de Barcelona y su entorno que buscaban en las playas lloretenses un ambiente agradable.

La irrupción del turismo, hacia los años cincuenta, produjo un cambio social tan sustancial en Lloret que la profesión de pescador acabó ocupando un espacio marginal sólo dos décadas después.

La conversión del pueblo en un centro de vacaciones de primer orden no ha hecho olvidar las raíces históricas que evidencian la larga existencia de la población.

La comarca de la Selva, en la que se enclava Lloret de Mar, posee un accidentado perfil costero con acantilados de más de 100 metros de altura. Estas rocas graníticas se hunden en el Mediterráneo configurando calas con increíbles fondos marinos, aptas para el buceo, y amplios arenales.

Lloret de Mar está situado al sur de la Costa Brava, a 60 km de Barcelona. Su término municipal es de 48 km² y tiene cinco playas principales, con un total de 7 km de costa. La CEE ha concedido a sus playas la bandera azul, distintivo que garantiza un estado óptimo tanto en la calidad del agua y de la arena como en los servicios.

En Lloret de Mar puede disfrutar de sus playas extraordinariamente cuidadas y limpias de arena clara y granulosa. Todas ellas merecen un recorrido exhaustivo para poder descubrir sus rincones más bellos.

El arenal principal de la localidad es la Playa de Lloret. Con más de kilómetro y medio de longitud, se puede acceder a ella directamente desde el centro de la ciudad; su arena es blanca y gruesa, al igual que la del resto de las playas de la zona, y está equipada con todos los servicios y comodidades que se puedan desear. Su longitud la convierte en la playa más grande de la zona.

El segundo arenal más importante es la Playa de Fenals, situada en una hermosa bahía y resguardada del viento por su estratégica ubicación.

Bajo el nombre de Canyelles se extiende la playa más alejada de la localidad. Con poco menos de medio kilómetro de longitud, en ella se ubica en puerto deportivo de la localidad. El bello entorno que la rodea, con escarpados acantilados coronados por pinos, la convierte en una de las playas más especiales de la zona.

Otra preciosa cala, en este caso realzada por la serena silueta de un castillo, es Sa Caleta; este arenal es lugar de encuentro habitual para los pescadores, de lo cual da fe la característica silueta de las barcas en la arena.

La Playa de Santa Cristina es también atractiva, debido a su situación a resguardo de viento y olas. Se accede a ella descendiendo un sombreado camino entre bosques, que constituye uno más de sus atractivos; es una playa pequeña, de menos de medio kilómetro de longitud.

Otras pequeñas calas que no se puede dejar de visitar son Cala Boadella, un lugar privilegiado que mantiene intacto su encanto virgen, y Cala Treumal, a la derecha de Santa Cristina y que presenta un aspecto más salvaje, con mayor presencia de olas.

A lo largo de estos años de historia se ha conseguido que Lloret, a pesar de ser una ciudad turística, dinámica y moderna, mantenga su personalidad y conserve las señas de identidad y tradición que sólo el paso del tiempo otorga. Las fiestas mayores de Santa Cristina y Sant Romà, el Ball de Plaça, las regatas de llaguts, la tirada a l’art, el carnaval, los “aplecs”, cantadas de habaneras y sardanas son algunos ejemplos de tradiciones aún muy arraigadas y vigentes en Lloret.
El paseo del Mar congrega algunas viviendas decimonónicas y modernistas, mientras que la Historia también nos da la bienvenida en muchos otros puntos de Lloret de Mar. Desde la presencia de los primitivos pobladores de la Península en el Poblado Ibérico de Montbarbat, que data de la Edad del Hierro, a los espléndidos edificios y monumentos históricos como la Iglesia de Sant Romà (de estilo gótico), el Castillo de Sant Joan (medieval, del s. XI), el monumento a la Mujer Marinera de Ernest Maragall, la iglesia de Mare de Déu de las Alegries o las preciosas ermitas de los alrededores (como Sant Pere del Bosc o Santa Cristina), es difícil encontrar una profusión tan grande de lugares interesantes para visitar.

Y también merece la pena acercarse a enclaves tan atractivos como el bello cementerio modernista de la ciudad o los Jardines de Santa Clotilde, situados sobre un acantilado y que ofrecen unas vistas maravillosas. El modernismo posee en el municipio de Lloret de Mar otros bellos ejemplos como las obras de Puig i Cadafalch.

La ermita de la Verge de Gràcia, el crucero que conduce a Sant Pere del Bosc y el panteón de la familia Costa Macià en el cementerio de Lloret nos acercan a las primeras muestras modernistas de este arquitecto catalán.

 

 Gastronomia típica

La situación de Lloret de Mar entre el mar y la montaña hace que su gastronomía combine materias primas de ámbitos tan distintos. Pescados y mariscos suman su sabor a productos de la huerta y caza. Habas, guisantes, ensalada de bacalao (esqueixada) o asado de berenjenas, cebollas y pimientos (escalivada) son algunas sugerencias como entrantes. El pollo o conejo con marisco, lubinas, doradas o gambas componen interesantes segundos. Los embutidos con pa amb tomàquet (pan y tomate) completarán cualquier menú. Entre los postres cabe destacar frutas de temporada como las fresas, melocotones, naranjas o sandías. Y para realzar el sabor de tan deliciosas viandas, nada mejor que los vinos de la Denominación de Origen Ampurdán-Costa Brava.

Lloret ofrece a sus visitantes de todas las edades un mundo de posibilidades de ocio y diversión. Playas, parques acuáticos, parques infantiles, excursiones en barco, museos, teatro, caminos de ronda, espectáculos, comercio, gastronomía… y de noche también tiene a disposición del visitante diferentes experiencias. Bailar al ritmo de moda en alguna de sus discotecas más animadas, charlar con los amigos mientras se toma un cóctel en algunos de sus bares o terrazas, conocer a gente en alguno de sus típicos e históricos pubs, probar fortuna en el Casino, disfrutar de un concierto en la playa, pasear tranquilamente por el Paseo Marítimo bajo la luz de la luna….

Lloret, ciudad deportiva

Lloret de Mar se ha convertido en un destino de referencia para los aficionados del deporte. Sus equipamientos deportivos: pistas de atletismo, pitch & putt, campos de fútbol, pabellones municipales, piscina municipal, etc y un entorno natural privilegiado hacen de Lloret una verdadera ciudad deportiva para todos aquellos que quieran pasar unas vacaciones activas. Las posibilidades son muy variadas desde ciclismo, BTT, senderismo, nordic walking, natación, running, hípica, pitch&putt e importante variedad de deportes náuticos (vela, kayak, submarinismo, snorkel, ski acuático…)

Lloret enclave privilegiado

Lloret de Mar se encuentra ubicado en una zona geográfica privilegiada, ya que está muy próxima a importantes atractivos turísticos de Cataluña. Estamos sólo a 40 km de la ciudad monumental de Girona, a una hora de Barcelona, la gran capital de la cultura y la moda. También estamos muy cercanos a la ciudad de Figueres donde podremos visitar el Museo Dalí , los parques naturales del Montseny, las islas Medas y la zona volcánica de la Garrotxa. Sin olvidar Blanes con su puerto pesquero y el pequeño pueblo de Tossa de Mar con su recinto amurallado.